Bueno, en realidad en el Sistema 1 ya era posible hacer doble clic sobre un documento para editarlo en la aplicación que lo creó, ya que el sistema de _Type_ y _Creator_, para diferenciar el formato de un documento, y la aplicación que lo creó, existía desde el principio.
Además, al menos desde el Sistema 7 —y puede que antes— era posible tener varios iconos de aplicaciones, y arrastrar un documento sobre ellos, y sólo se iluminaban aquellas aplicaciones que eran capaces de editar el documento. Y estamos hablando de 1992, como muy tarde…
El primer sistema operativo que realmente daba más importancia al documento que a la aplicación fue el Newton OS… y el problema es que tenía un funcionamiento tan orgánico, que era muy difícil conseguir que dos Newton tuviesen el mismo conjunto de funciones incorporadas.
OpenDoc era una tecnología desarrollada a medias entre IBM y Apple, basada en objetos distribuidos, más un marco de funciones comunes para la creación de documentos, pero el problema, desde mi punto de vista, es que no era más sencillo de usar para los novatos, y además se ofrecían peores resultados a la hora de imprimir. Quizá volvamos a revisitar este camino, ahora que Mac OS X está basado en un lenguaje de programación que presenta fuertes capacidades de introspección, y también están resurgiendo los lenguajes dinámicos…
NeXTstep, y ahora Mac OS X, a través de los servicios, proporcionan la capacidad de realizar diferentes operaciones sobre elementos similares en diferentes aplicaciones —formateos de texto, ordenaciones, diccionarios, traducciones, incorporación de gráficos, cálculos, etcétera—… pero esos casos generales son, a veces, diferentes de lo que necesita el común de las personas.
Ahora bien, desde mi punto de vista, el hecho de que la mayoría de entornos gráficos se base en la aplicación que crea un documento, frente al documento que incorpora datos de aplicaciones, se basa en cómo funcionaban originalmente las aplicaciones Unix: herramientas que crean documentos, o un camino para crear documentos. El principio es el verbo, y no el objeto directo. Y en cambio, en la vida normal, nos importa más el objeto directo que el verbo.
|