Alguien no ha entendido bien esta historia. El SPAM, que no estafa, como se explicaba, provenía de la empresa a la que subcontrataba la UBA (Universidad de Buenos Aires). Y no del Instituto. Pensaba que había quedado claro.
En cualquier caso, y como parece que había malentendidos y esto pasó hace ¡quince años!, vayan mis disculpas y mi rectificación.