El día del golpe yo había ido a ver Casablanca en el cine-club con una amiga y su hermana. Cuando llegamos a casa de la hermana después de ver la película, su pareja nos dijo:
- ¡han dado un golpe de estado!
No le creímos. Le dijimos que no gastara esas bromas tan pesadas... Insistió, nos dijo que tenía la tele y la radio encendidas, pero que se habían cortado, que no salía nada, apenas música, sin noticias... Entonces la tele volvió a dar imagen y vimos, una y otra vez a un guardia civil con bigote y una pistola en el estrado del Congreso de los Diputados gritando "¡se sienten, coño!".
Terror.
Me ofrecieron quedarme, pero volví al piso que compartíamos tres estudiantes ("dos Carlos, dos hermanos y dos matemáticos") para estar juntos por lo que pudiera pasar. Crucé Sevilla con miedo, temiendo que en cada esquina aparecieran diciendo cosas como "ahora mandamos nosotros"... (No estaba desencaminado mi miedo, justo por una esquina de las que pasé, pasó un chaval poco después y se encontraba con un grupo que le ordenó cantar el Cara al Sol y le dió soberana paliza cuando intentó escapar).
Llegué al piso sin problemas, y nos mudamos a casa de las vecinas de enfrente, que tenían televisión. Allí las noticias desaparecieron, y sólo pudimos ver una película de Bob Hope y conversar.
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