Echo de menos cuando en esta vuestra humilde bitácora, eran más importantes los comentarios que la historia. La culpa es mía, porque no supe mantener una parroquia que era capaz de hablar de derecha e izquierda mucho mejor que yo.
Os echo de menos. Os deseo felices 20. Y espero no estar hablando solo.
Aunque quién habla solo espera hablar con la diosa algún día...